Casa gigante

Desde que llegue a la casa gigante tomé todo de una manera muy optimista, porque en el fondo, uno siempre piensa que todo cambio es para mejor. Ahora, a menos de un año habitando este lugar me doy cuenta que lo único positivo que rescato es que abrí los ojos: tengo que irme.

La casa podrá tener un jardín gigante lleno de coloridas flores, altos árboles y palmeras. Podrá haber una piscina grande, una amplia terraza con balcón y jacuzzi (el que nunca hemos usado). Podrá tener todo eso y más. Pero, ¿de qué sirve una casa tan grande si el corazón de la gente que lo habita es inexistente?  

Me sentía mal porque me alejaron de todo lo que conocía. De mis amigos y mis barrios de toda la vida, la gente que me vio crecer. Me alejaron de las personas que estuvieron para mí cuando más necesite apoyo, cuando ellos, siendo mi "familia" ni siquiera me apoyaron porque estaban muy ocupados quejándose y lamentándose de si mismos. Yo creo que lo peor de todo es que me alejaron de mi hermano, y que les da lo mismo la existencia de mi abuela.

Siempre pensé que mi papá iba a cambiar, que todo sería mejor en una familia que ya estaba "compuesta" pero todo empeoro. 

No puedo creer lo distinta que soy a todas estas personas. Me siento tan ajena y sola, estando en mi propia "casa". Siento que los golpes que he tenido en mi vida, y el haber arribado en este lugar fue para darme cuenta que yo estoy sola, y que no necesito a nadie más que a mí misma para ser feliz. Podrán ser mi familia de sangre, pero la gente que realmente importa es la que de verdad se preocupa de mí, la que me quiere. Sé que en esta vida solo importa que yo me ame y me preocupe de mí misma, pero me hace mal estar alejada de los que amo.

Ahora sí, puedo decir que soy más feliz de lo que fui ayer, porque abrí los ojos. La vida es una. Esta es mi vida. y ya es hora de irme. Adiós casa gigante, adiós gente vacía con corazones inexistentes.